Monómeros aunque reporta crecimiento financiero en el primer trimestre del año 2025
producto de su Plan de Recuperación, no se salva de las garras de la Superintendencia de
Sociedades quien trata de llevarla a un cierre técnico; cerca de tres mil trabajadores y sus
familias se verán afectados por la intervención de la Superintendencia de Sociedades que les ha manifestado según fuentes cercanas, que no podrán pagar aun teniendo la solvencia
financiera, los salarios de los trabajadores, vacaciones, seguros de vida, proveedores,
servicios públicos, impuestos, entre otras obligaciones sin la autorización de esta entidad;
colocando en un riesgo inducido por la misma Supersociedades a que Monómeros se
convierta en una empresa imposibilitada para operar.
La resistencia de los trabajadores y sus familias puede ser un desafío significativo para la
Supersociedades y el actual Gobierno, que se vería inmerso en un nuevo escándalo de
contrariedad política que afectaría la popularidad de su partido en las próximas elecciones y
que pone en manifiesto la dificultades que tiene para gobernar, cuando los mismos entes
del estado sabotean su gestión como lo hizo Santander en la época de Bolívar.
Da la impresión que la Superintendencia no está considerando que los trabajadores y sus
familias, pueden organizar protestas y manifestaciones para expresar su oposición a la
intervención de Monómeros y que tal repercusión puede llegar a ser la razón de fricciones
diplomáticas entre los Estados Unidos, Venezuela y Colombia, exponiéndonos nuevamente
a un posible cierre de fronteras, aumento de los costos de la canasta familiar por el alza o
monopolio de los fertilizantes.
Por otra parte, el ente gubernamental pareciera desconocer a los Sindicatos como fuerza
laboral organizada, que pueden constituir el debilitamiento del gobierno que representa a
través del llamado a las huelgas y manifestaciones dado que las pretensiones de sepultar 57 años de historia que tiene Monómeros no pasarían desapercibido para Colombia y el
mundo.
La Supersociedades tiene varios años siendo el protagonista de escándalos públicos por el
proceder arbitrario de su representante, es de allí el apodo del “SEPULTURERO DE
EMPRESAS” y pareciera la forma de hacerse notar como la cuarta rama del poder público en Colombia para acceder a las riquezas de las empresas privadas, es decir, una acción
simplificada de lo que es traicionar la buena fe de quienes invierten y contribuyen con el
crecimiento del país.
Este nuevo episodio que enfrenta Monómeros está sujeto a que alguno de los poderosos
que la persiguen, renuncie a sus soberbias pretensiones de adquirirla a como dé lugar o
simplemente esperar la reacción del Gobierno Venezolano que como es su costumbre,
interceda de forma enérgica y contundente colocando en jaque mate las relaciones
bilaterales que nos perjudican a todos.
En consecuencia, Billy Escobar deberá ponerle la lupa a sus decisiones y a sus funcionarios, quedan más preguntas que respuestas, entre ellas ¿Quién estará detrás de la Subasta que pretende impulsar la Supersociedades con sus medidas arbitrarias de los activos productivos de Monómeros? o ¿Será este parte del plan que inicio en noviembre del 2024 cuando Alex Saab, Ministro en Venezuela pretendía entregarle el control de la empresa Colombo Venezolana a través de una venta fraudulenta a Jorge Luis Pacheco y su grupo Nitrofert y Nitron?.