En Santo Tomás Atlántico, la presencia de penitentes y flagelantes es una manifestación profunda de la devoción y la tradición religiosa que caracteriza a esta comunidad.
Durante Semana Santa, estos fieles participan en procesiones y rituales que reflejan su compromiso con la fe y su deseo de purificación espiritual.
Los penitentes suelen vestir ropas sencillas y, en algunos casos, cubren sus rostros con capuchas, simbolizando su humildad y anonimato ante Dios.
Los flagelantes, por su parte, realizan actos de autosacrificio, como el flagelamiento, para expresar su arrepentimiento y buscar la redención.
Estas prácticas, que tienen raíces en antiguas tradiciones cristianas, fortalecen el sentido de comunidad y permiten a los participantes vivir una experiencia de profunda introspección y fe.
La participación de estos devotos en Santo Tomás Atlántico es un recordatorio vivo de la importancia de la tradición religiosa en la vida cotidiana y de cómo la historia y la cultura local se entrelazan en expresiones de espiritualidad que perduran a lo largo del tiempo.