- En los 215 años de independencia de Colombia, la Policía Nacional desfiló con honor reafirmando su compromiso con la patria.
Por: Emilio Gutiérrez Yance
El sol de este 20 de julio se alzó con solemnidad sobre las calles empedradas del Distrito de Mompox, ese rincón inmortal de Bolívar donde cada adoquín guarda un pedazo de historia republicana. La fecha no era solo conmemorativa: era el alma misma de la independencia latiendo al ritmo de tambores, trompetas y liras. Porque en Mompox, cuna de libertad y resistencia, el desfile patrio no es una costumbre: es un compromiso sagrado con la memoria nacional.
La jornada comenzó en la Iglesia de Santa Bárbara, donde se celebró una eucaristía cargada de simbolismo. Allí, entre bancos de madera y vitrales que han visto pasar generaciones, se elevó una plegaria por Colombia, por su libertad y por quienes, con uniforme o sin él, la han defendido.
Luego, las calles se llenaron de vida. Familias enteras salieron con banderas en mano. Niños con el rostro pintado de tricolor, ancianos con sombreros vueltiaos, comerciantes improvisando bancas bajo los aleros de las casas coloniales. Todos unidos por el mismo latido: el amor por la patria.
Cuando apareció la Policía Nacional el ambiente se transformó. El verde oliva irrumpió con dignidad y gallardía. Sus pasos firmes, sus botas impecables, sus rostros serios pero orgullosos, recordaron a todos que la libertad no es un regalo, sino una conquista diaria que se custodia con vocación, sacrificio y honor.
Desfilaron no solo como servidores públicos, sino como hijos de esta tierra, hombres y mujeres que también han conocido el barro, la escasez y la esperanza. Cada paso era también el paso de los campesinos que fueron, de las madres que los vieron partir desde las veredas, y de un país entero que los reconoce como símbolo de orden, entrega y valentía.
«Yo me siento segura cuando los veo. Sé que han dado la vida por este país y por nosotros», dijo con voz emocionada doña Mariela, una momposina de 68 años. “No hay 20 de julio sin ellos”.
En medio del recorrido, algunos uniformados saludaban a los más pequeños, que les devolvían sonrisas con esa admiración inocente que solo los héroes inspiran. Fue en ese instante —en ese intercambio silencioso pero profundo— donde se selló el verdadero significado de esta fecha: la reafirmación de un lazo inquebrantable entre el pueblo y quienes lo protegen.
El grupo de motociclistas de la institución fue recibido con vítores, al igual que la presentación de caninos y carabineros. Las bandas de paz de los colegios aportaron el ritmo alegre, mientras las autoridades civiles acompañaban con respeto cada paso. Mompox entera aplaudió de pie. Porque allí no solo marchaban hombres y mujeres: marchaba la historia, la institucionalidad, y el espíritu de un pueblo que no se rinde.
Y entonces, cuando sonaron las notas del Himno Nacional, el aire se volvió solemne. Algunos se llevaron la mano al corazón. Otros, con lágrimas discretas, miraban al cielo. Y mientras la última patrulla doblaba la esquina del parque central, una voz anónima gritó con fuerza: “¡Qué viva Colombia, y qué viva nuestra Policía!”
Así se vivió el 20 de julio en Mompox. No fue solo un desfile, fue un canto de amor a la patria. Una declaración viva de que en el departamento de Bolívar, el fervor patrio no se guarda para los libros de historia. Se vive, se siente y se honra… con paso firme.
“Hoy no solo marchamos con nuestros uniformes, hoy marchamos con el corazón lleno de patria. En cada paso que dimos por estas calles históricas de Mompox, llevamos el orgullo de ser colombianos y el compromiso inquebrantable de servir a nuestro pueblo con honor y valentía. La Policía Nacional no es solo una institución: es el reflejo del amor por esta tierra, del sacrificio diario y del deseo profundo de construir un país en paz, justo y seguro para nuestros niños, nuestras familias y las generaciones que vienen. Hoy, más que nunca, decimos con fuerza: ¡Que viva Colombia y que viva su Policía Nacional!”, dijo el coronel John Edward Correal Cabezas, comandante encargado del Departamento de Policía Bolívar.