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martes, agosto 12, 2025

Un gesto que abraza el alma: Miembros de la Policía Fiscal y Aduanera llenan de esperanza la vida de los más necesitados

  • En medio de uniformes, patrullas y labores contra el contrabando, un grupo de la Policía Fiscal y Aduanera en Barranquilla decidió detener el tiempo para mirar a los ojos de un joven en condición de discapacidad y regalarle algo más que un mercado: le ofrecieron compañía, ternura y la promesa de un cumpleaños inolvidable.

Hay actos que no se miden en cifras ni en estadísticas, sino en sonrisas que iluminan rostros y en lágrimas que humedecen miradas agradecidas. Así fue la visita que la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) realizó a Alfonso Junca, un joven en condición de discapacidad que, sin saberlo, se convirtió este mes en el centro de un gesto que nació del corazón.

Cada mes, estos hombres y mujeres de la POLFA eligen a alguien para adoptar simbólicamente, con la intención de tenderle una mano y recordarle que no está solo. El mes pasado fueron adultos mayores; esta vez, Alfonso fue el elegido. Llegaron hasta su casa con un mercado, no como simple ayuda material, sino como vehículo de afecto y esperanza.

«Es algo que hacemos con mucho amor, algo que nos nace del corazón. Ayudar a quien lo necesita es la razón de ser de un buen policía. Por eso, aparte de nuestra labor, también realizamos este tipo de actos que, personalmente, nos llenan de mucha satisfacción», expresó Laura Fernández, integrante del equipo de la POLFA.

Pero esta historia no termina ahí. Alfonso cumple años a finales de mes, y entre los policías ya hay un pacto silencioso: esa fecha no pasará inadvertida. Será un día distinto, lleno de detalles y abrazos, un regalo de vida que quedará guardado en su memoria como un tesoro.

Esta labor, que vienen realizando desde hace varios meses, quizá nunca ocupe los grandes titulares de la prensa. Sin embargo, en cada entrega de ayuda, en cada palabra de aliento, en cada sonrisa compartida, los protagonistas saben que están construyendo algo más valioso: un puente invisible que une corazones y que hace del mundo un lugar un poco más humano.

Mientras continúe este compromiso, mes tras mes, seguirán llevando paz y alegría a quienes lo necesitan. Y, en el fondo, cada entrega será también un regalo para ellos mismos, porque ayudar —como bien saben— es una de las formas más puras de llenar el alma.

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